La Costa Dorada, musa de los artistas

Proponemos un viaje por una costa dorada, bañada por el sol y la brisa del Mediterráneo. Una ruta que nos lleva a disfrutar de la diversión en uno de los mejores parques temáticos de la península y a recorrer la historia desde la antigua Tarraco a los idílicos paisajes que sirvieron de inspiración para los más importantes artistas.

Gaudí, Dalí, Picasso, Pau Casals o Carlos Barral son solo algunos de los pintores, arquitectos, músicos y poetas que nacieron o se dejaron acoger por la costa de Tarragona, por sus playas, sus bosques, el clima, la luz del sol. Todo un conglomerado de detalles que hacen de la Costa Dorada un destino de vacaciones ineludible.

Muchas rutas viajeras comienzan en Tarraco, en las ruinas de la ciudad romana, para después continuar el itinerario hacia el norte. Nosotros proponemos aprovechar aún más los 100 kilómetros de arena dorada e iniciar el viaje en el delta del Ebro.

Delta del Ebro

A mediados de junio una tradición agrícola se ha convertido en toda una fiesta en la localidad tarraconense de Deltebre. El municipio que domina todo el delta del Ebro y sus plantaciones arroz. Es precisamente el arroz, y más concretamente “La plantada”, el motivo de la fiesta que inaugura el verano en esta comarca al sur de Cataluña.

Por delante tenemos más de 400 hectáreas de arenas que bailan en forma de pequeñas dunas al son de los vientos marítimos. Un solitario paisaje virgen que parece apuntar hacia el mar y derramarse en él. Así es el delta del Ebro y con razón se ha merecido el nombramiento de Reserva de la biosfera de la UNESCO.

El faro de la punta del Fangar marca el fin del delta por el norte. Ante los ojos se extiende ahora el golfo de Sant Jordi, que finalmente nos deja a las puertas de Tarragona.

Tarraco, Tarragona

En el año 218 a.C. se fundó la ciudad romana de Tarraco, actual Tarragona, en el centro de la Costa Dorada. A pesar de los años transcurridos, allá por mayo es posible revivir la sensación de encontrarnos en el apogeo del imperio romano, con soldados, cuadrigas y gladiadores andando por las calles del entorno romano. Es Tarraco Viva, una fiesta asentada en el calendario desde 1999 que revive los orígenes de Tarragona.

Las fiestas en honor al emperador Augusto suman más de 800 actos repartidos por varios enclaves de Tarragona. Las recreaciones históricas realizadas por personajes ataviados al estilo de la época suponen el principal atractivo de las fiestas.

Con el inicio del milenio, en el año 2000, Tarragona fue reconocida por su legado material, cultural e histórico por la UNESCO con la inscripción en la Lista de ciudades Patrimonio de la Humanidad. Está considerada como el primer asentamiento romano de la península, aunque lo más sorprendente es que algunos de sus principales edificios sigan en pie dos mil años después de que fueran erigidos.

La ruta comienza a las afueras, en el Puente del Diablo, también llamado el Acueducto de los Ferreres. La obra completa cruzaba 25 kilómetros desde el río Francolí hasta el complejo de la ciudad, del que dista 4 kilómetros. Lo que queda del ingenio es un acueducto de 217 metros que salva un pequeño valle, al estilo del acueducto de Segovia.

Para hacernos una idea de cuál grande llegó a ser Tarraco nos desplazamos hasta el Museo de Historia, donde, entre otros artículos muy interesantes, se puede ver una maqueta que reproduce el esplendor de la ciudad cuatro siglos después de su fundación.

Con la idea en mente de la disposición, llega el momento de dejar de imaginar y realizar un viaje a la Tarragona originaria. El Forum era el lugar desde donde se administraba la provincia de Hispania Citerior o Hispania Tarraconensis. Junto a él queda el Circo romano, y muy próximo podemos ver los restos excepcionalmente conservados del Anfiteatro. El mirador muestra una imagen privilegiada de la obra, al tiempo que deja entrever el paseo marítimo y contemplar la grandeza del Mare Nostrum.

A un paso de Port Aventura

Desde luego la historia de Tarragona y las playas del golfo de Sant Jordi son un reclamo más que suficiente para hacer las maletas y poner rumbo a la Costa Dorada, pero hay mucho más que disfrutar en esta región privilegiada.

La diversión corre a cargo del parque temático Port Aventura, situado muy próximo a Salou (otro de los destinos a considerar estas vacaciones). En una sola jornada nos podemos transportar a México, China o la Polinesia, y todo sin salir del parque. Por supuesto el agua está presente “hasta en el sopa”.

Cada año el parque renueva los espectáculos, por lo que es recomendable para aprovechar el día al máximo consultar la programación y hacer un “planning” de los eventos a los que se quiere asistir. Con eso, un poco de protector solar y ganas de diversión, el entretenimiento está asegurado para toda la familia.

Via Augusta

Todos los caminos conducen a Roma, aunque nosotros no llegaremos por esta vez (pero si quieres puedes conocer los secretos del Vaticano). Por Tarragona pasa una de los caminos más importantes para el imperio, la Vía Augusta. Para nosotros es la referencia de nuestra próxima etapa.

Abandonamos Tarragona y seguimos unos kilómetros hacia el norte, por la ruta romana. El municipio de Tamarit, con su recinto medieval, es parada obligada. El castillo de Tamarit supone un salto en la arquitectura hasta el románico. Su enclave único le permite ser el primero en recibir las brisas del Mediterráneo, además de tener unas vistas privilegiadas de la Costa Dorada.

El viaje continúa hacia el norte y nos devuelve a la arquitectura romana. En esta ocasión accedemos a Els Munts, una villa romana localizada en Altafulla. Es más que probable que los antiguos habitantes de la zona harían como los actuales: disfrutar de una playa inmejorable. Y tras el baño, nada como el plato típico de la zona, “la olla”. Como no podía ser de otro modo se trata de una contundente receta con la que recuperar las fuerzas tras la jornada playera.

Aún nos quedan varias playas que invitan al baño y gozar del sol. Roda de Bará es uno de los municipios más turísticos de la zona. Tuvo su auge en la década de los sesenta y desde entonces ha cambiado poco, siendo sus urbanizaciones un atractivo más de la zona.

Uno de los reconocidos vecinos de esta comarca es Pau Casals. El poeta que cantó a la paz tiene en El Vendrell una casa museo, tal y como él la habitó. Aunque es el en Auditorio donde se mejor se rememora la obra de este músico, especialmente en verano, con el festival internacional.

Aquí concluye nuestro viaje a la Costa Dorada, esperando que haya alentado en las ganas de recorrer nuestra misma ruta a través de la historia y los principales enclaves de este lugar privilegiado que cada día saluda al mar y al sol. Si es así, solo tienes que buscar entre las ofertas de viajes de SMS Vacaciones y hacer las maletas.